Los datos provenientes de la Antártida, esa vasta y compleja
extensión helada, nos ofrecen un recordatorio, si es que alguno
necesitábamos, de la intrincada naturaleza de nuestro planeta y la
necesidad de abordar con rigor y sin conclusiones precipitadas las
fluctuaciones que observamos.
Informes preliminares, basados en análisis de las mediciones
satelitales GRACE y GRACE-FO, indican un incremento en la masa de
hielo en ciertas regiones de la Antártida Oriental, particularmente
en Wilkes Land y Queen Mary Land, durante el periodo comprendido
entre 2021 y 2023. Hablamos de un aumento promedio de unas 108
gigatoneladas anuales. Este dato contrasta, significativamente, con
la disminución promedio de 142 gigatoneladas por año registrada en
la década anterior (2011-2020).
Para aquellos que hemos insistido en la variabilidad inherente a
los sistemas naturales, esta observación no es una refutación
categórica de los cambios que se están produciendo a nivel global,
pero sí nos obliga a reconsiderar la linealidad con la que a menudo
se presenta la narrativa del deshielo antártico. Glaciares que
previamente mostraban retroceso, como Totten, Denman y Moscú, ahora
exhiben una acumulación de masa notable, posiblemente vinculada a
patrones de precipitación inusualmente elevados en estas áreas.
Es crucial entender que este aumento localizado, si bien reduce
ligeramente la contribución de la Antártida al aumento del nivel
del mar (en el orden de 0,3 mm por año, según las estimaciones), no
debe interpretarse como una negación de las dinámicas que operan en
otras partes del continente, especialmente en la Antártida
Occidental, es sin duda algo que se debe seguir estudiando y
debatiendo sin censurar ninguna idea y refutando teorías falsas por
muy empeñados que estén los políticos en que sigan en vigor.
Este episodio subraya, una vez más, la complejidad del sistema
climático terrestre. Atribuir cada fluctuación a una única causa,
especialmente una de origen antropogénico simplista, siempre ha sido
una aproximación intelectualmente arriesgada. Los patrones de
precipitación, las corrientes oceánicas, la actividad solar y los
ciclos naturales internos del planeta juegan roles que aún estamos
lejos de comprender en su totalidad.
¡Pero claro! Ahora resulta que donde decían que todo se
derretía, ¡hay más hielo! ¿Y todavía quieren seguir vendiéndonos
la moto del "calentamiento global" como una verdad absoluta
e irrefutable? ¡Ya está bien de tanta manipulación! Para algunos
de nosotros, esto no es ninguna sorpresa. Siempre hemos sospechado
que esta histeria colectiva sobre el clima no es más que una burda
herramienta política orquestada por élites globalistas. Gobiernos
que se arrodillan ante directrices supranacionales, imponiendo
políticas económicas ruinosas para el ciudadano de a pie, todo bajo
la excusa de "salvar el planeta". ¡Mientras ellos se
enriquecen a costa de nuestro empobrecimiento! Este pequeño respiro
en la Antártida debería ser una llamada de atención: dejemos de
lado las narrativas apocalípticas interesadas y exijamos una ciencia
climática honesta y sin sesgos políticos. ¡Ya basta de que nos
tomen por tontos!
La kakistocracia es un concepto que describe un gobierno dominado
por los peores individuos, aquellos menos capacitados o con las
peores intenciones. Es un tipo de gobierno en donde prolifera la
corrupción, la ineptitud y el populismo en la política.
Definición y Origen
Kakistocracia, un término proveniente del griego
antiguo (κάκιστος, kákistos, "el peor" y
κράτος, kratos, "gobierno"), designa un
sistema político donde el poder recae en los individuos menos aptos,
menos calificados o con las peores intenciones. Es un antónimo de
meritocracia, donde el poder se otorga en función del mérito o la
capacidad.
Si bien el concepto es relativamente reciente en el lenguaje
político, la idea de un gobierno corrupto o inepto es tan antigua
como la propia política. Historiadores y filósofos han advertido
repetidamente sobre los peligros de la demagogia y la corrupción en
el poder.
Desde hace décadas, España es uno de los mejores ejemplos de
kakistocracia, en donde cada presidente es peor que el
anterior. Hemos llegado con Pedro Sánchez al final del pozo, donde,
aun rodeado de 90 asesores, los peores elegibles, ha llevado a España
a considerarse como un Estado fallido. Esto no pasa de un día para
otro; la herencia recibida también fue mala, pero en apenas unos
pocos años este presidente ha llevado a la casi descomposición de
lo que una vez fue España. Solo hay que ver cómo se ha gestionado
el DANA en Valencia: peor imposible. Ha fallado todo lo falible a la
hora de predecirlo. Esto es algo que se hubiese perdonado si el
Estado hubiera gestionado con celeridad y competencia desde el minuto
cero, pero no. Nos encontramos con los kakistos, los peores, que lo
único que saben es buscar rédito político a todo. Y aquí esto es
lo que han priorizado por encima de las vidas humanas. Con la
esperanza de capitalizar para sí mismo esta desgracia, Pedro Sánchez
ha detenido toda ayuda estatal, al ejército incluido, para ver cómo
el gobierno valenciano, otra kakistocracia, se hundía en su
ineptitud. Y Pedrito solo atinó a decir que 'si necesitan ayuda que
la pidan', mientras pensaba: 'Os jodéis, valencianos, por no haberme
votado'. Es más, viendo que el pueblo reaccionó heroicamente,
demostrando una vez más que el pueblo español no conoce fronteras
autonómicas, ha ido a ayudar dando donaciones y personándose para
ayudar a quien lo necesitara. Gracias al pueblo se ha podido ayudar a
la gente necesitada que, una semana después de ver sus vidas
arruinadas, no han llegado a ver a nadie mandado por el gobierno,
sintiéndose abandonados por un Estado fallido que solo sirve para
expoliarnos con los impuestos. El gobierno, intentando tapar sus
vergüenzas, ha mandado a la policía para intentar impedir el paso a
la gente que quería ayudar y multarlos en un gesto casi kafkiano.
Sin duda, esta actuación demuestra que esta kakistocracia que nos
gobierna nos ha llevado a un estado fallido donde viven de saquearnos
a las órdenes de la OTAN y la UE, siguiendo la Agenda 2030. Cuando
los ciudadanos necesitamos la ayuda del Estado, esta no aparece. Y si
aparece, es para intentar detener que el pueblo se organice y se
ayude entre sí, y mandar inspectores de trabajo para multar a las
empresas arrasadas por la DANA por no abrir o si su local, lleno de
barro, le falta alguna normativa. Estamos dirigidos por una auténtica
kakistocracia y, mientras siga siendo así, esto solo irá a
peor. Por ejemplo, muchas organizaciones han reunido muchas
donaciones para dar comida y ropa a los necesitados. Pues bien,
cuando entren las CBDCs, olvídate, ya que detendrán todas estas
transferencias. Y si detectan a gente ayudando, le bloquearán todas
las cuentas, como pasó en Canadá. Cuando todos los coches sean
eléctricos, no podrán ir allí, ya que tienen un sistema de control
para que se pueda detener de forma remota e impedir que llegue la
ayuda.
Con el sistema de control de medios, bloquearán las redes
sociales y no se conocerá lo que pasa realmente, solo lo que te
digan TVE y la Sexta. Solo habrá una narrativa, la del gobierno
dictatorial que le seguirá echando la culpa al calentamiento global,
como están haciendo en Valencia para evadir responsabilidades de un
acontecimiento que se sabe que se repite periódicamente cada varias
décadas y que se tiene documentado desde el siglo XIV. Pero claro,
ahí tenéis a la izquierda progre, la kakistocracia en su
máximo esplendor, que hay que notar que no han hecho nada para
ayudar en Valencia y que, desde su bar tomando su calimocho, te echa
la culpa por usar coches y comer carne, y afirma desde su
superioridad moral que hay que seguir destruyendo presas, fomentar
más lo woke y subir los impuestos para solucionar el mundo.
Solo espero que todo esto desemboque en que la gente abra los ojos
ante esta kakistocracia que nos gobierna y que este
sentimiento visto en miles de videos estos días lleve a que los
culpables no salgan indemnes
y se exijan responsabilidades por las víctimas humanas que se
podrían haber salvado y los destrozos en los pueblos, ya se ha visto
cómo Pedro Sánchez tuvo que salir huyendo de Valencia para
presentarse como una víctima de la ultraderecha, todo el que ayuda
es de ultraderecha cuando esto no va de nada de esto, esto va de
gente que quiere ayudar independientemente de la ideología y el
color de la piel, de gente que viendo la inoperancia de este estado
fallido se levanta del sofá y va a ayudar, no se pide carne para
ayudar solo ganas y ánimo, esto quedará reflejado para la historia
de cómo el pueblo salva al pueblo, y que aunque viene de muy atrás
ya queda patente cómo estamos gobernados por una kakistocracia
que poco o nada le importa el pueblo, solo para saquearlo, que entre
ineptitud e incompetencia gestiona la ruina de España en favor de
las grandes multinacionales. Espero que en unos meses esto no se
olvide tapado con el siguiente caso de corrupción o pandemia, que se
grave a fuego todo lo que ha estado pasando y que en las próximas
elecciones se tenga bien presente si queremos que nos sigan
gobernando los kakistos, los peores.
Características de la Kakistocracia
Desprecio por el
conocimiento: Los líderes kakistocráticos suelen
menospreciar a los expertos y a la intelectualidad, promoviendo la
ignorancia y el pensamiento simplista.
Polarización exacerbada:
La sociedad se divide en grupos cada vez más polarizados, lo que
dificulta el diálogo y la búsqueda de soluciones consensuadas.
Ineptitud: Los
gobernantes carecen de las habilidades y conocimientos necesarios
para gobernar eficazmente.
Corrupción: El
poder se utiliza para beneficio personal o de un grupo privilegiado,
en detrimento del bien común.
Populismo: Se
apela a las emociones y prejuicios de las masas en lugar de ofrecer
soluciones racionales a los problemas.
Culto a la personalidad
exacerbado: El líder kakistocrático se presenta como una
figura mesiánica, casi divina, y se rodea de un culto a la
personalidad que tolera pocas críticas.
Debilitamiento del estado
de derecho: Las leyes se aplican de manera arbitraria,
favoreciendo a los aliados del régimen y perjudicando a los
opositores.
Control de los medios de
comunicación: Los medios de comunicación son manipulados
para difundir propaganda y censurar las voces disidentes.
Nepotismo y clientelismo:
El poder se concentra en un círculo cercano de familiares y amigos
del líder, quienes obtienen beneficios económicos y políticos a
cambio de lealtad.
Miedo y represión:
Se utiliza el miedo y la represión para mantener el control social
y silenciar a los opositores.
Promesas incumplidas:
Los líderes kakistocráticos suelen hacer promesas grandilocuentes
que nunca cumplen, generando frustración y desilusión en la
población.
Destrucción del tejido
social: La kakistocracia erosiona los lazos sociales,
fomenta la desconfianza y debilita la cohesión social.
Dinámica y Evolución de una Kakistocracia
Una kakistocracia no surge de la noche a la mañana, sino que es
el resultado de un proceso gradual de deterioro institucional y
social. Inicialmente, puede presentarse como una solución a
problemas reales, pero con el tiempo se transforma en un sistema
perverso que beneficia a unos pocos en detrimento de la mayoría.
Es importante destacar que la kakistocracia no es un estado
estático, sino que evoluciona y se adapta a las circunstancias. Los
líderes kakistocráticos suelen ser hábiles manipuladores y pueden
cambiar sus discursos y estrategias para mantenerse en el poder.
Causas Sociales y Psicológicas
Desilusión y Cinismo:
Cuando la población pierde la fe en las instituciones y en los
políticos, se vuelve más susceptible a líderes carismáticos que
prometen cambios radicales, aunque sean poco realistas o incluso
dañinos.
Polarización Social:
Una sociedad altamente polarizada dificulta el diálogo y el
consenso, lo que facilita la manipulación de las masas y la
emergencia de líderes que explotan las divisiones existentes.
Populismo y Demagogia:
Los líderes populistas apelan a las emociones y los prejuicios de
las masas, simplificando los problemas y ofreciendo soluciones
fáciles pero superficiales.
Falta de Educación Cívica: Una población
poco informada y con una baja educación cívica es más vulnerable
a la manipulación y a la propaganda.
Causas Políticas y Económicas
Crisis Económicas
Profundas: En momentos de crisis, la población busca
soluciones rápidas y sencillas, lo que puede llevar a elegir
líderes que prometen milagros económicos, aunque sus propuestas
sean inviables o perjudiciales a largo plazo.
Debilidad Institucional:
Cuando las instituciones democráticas son débiles o corruptas, es
más fácil para los líderes autoritarios tomar el poder y
establecer un régimen kakistocrático.
Corrupción Sistémica:
La corrupción generalizada socava la confianza en el gobierno y
fomenta la impunidad, lo que crea un ambiente propicio para la
emergencia de líderes corruptos y sin escrúpulos.
Interferencias Extranjeras: En algunos
casos, potencias extranjeras pueden intervenir en los asuntos
internos de un país para desestabilizarlo y favorecer el
surgimiento de un gobierno más dócil a sus intereses.
Manipulación de la información: Los medios
de comunicación y las redes sociales pueden ser utilizados para
difundir propaganda y desinformación, lo que puede influir en la
opinión pública
Consecuencias a Largo Plazo
Estancamiento y retroceso:
La ineptitud y la corrupción sistémica impiden el desarrollo
económico y social. Los recursos se malgastan en proyectos inútiles
o se desvían hacia bolsillos particulares, dejando a la población
sin servicios básicos y oportunidades.
Destrucción del tejido
social: La polarización política, la desigualdad y la
injusticia erosionan la confianza entre los ciudadanos y debilitan
los lazos comunitarios.
Pérdida de la identidad
nacional: La manipulación de la historia, la promoción de
un nacionalismo excluyente y el culto a la personalidad pueden
llevar a la pérdida de la identidad nacional y a la fragmentación
social.
Violencia y conflicto:
La falta de legitimidad de los gobiernos kakistocráticos puede
generar descontento social y protestas, que a su vez pueden ser
reprimidas violentamente, desencadenando ciclos de violencia y
conflicto.
Intervención extranjera:
La debilidad interna y la inestabilidad política pueden atraer la
intervención de potencias extranjeras con intereses propios en la
región.